Hoy escuchamos frecuentemente la palabra “BRECHA”. Frases como: sin una brecha no hay oportunidad de cambio, sin brecha no se puede mejorar, sin brecha no puede haber coaching, sin brecha no hay energía.
La brecha a la que se refieren estos comentarios es simple; “es la diferencia entre lo que tengo y entre lo que quiero”.
Básicamente, saber donde estoy y a donde quiero ir; pero la simplicidad conceptual no la convierte en algo fácil de determinar. En nuestra experiencia trabajando con empresas en todo LATAM, nos encontramos que el 92% de las personas no identifica claramente lo quiere o donde quiere llegar, y esto no es grave, es terrible. Si sumamos a esto, que en nuestro estudio encontramos además que el 84% de las personas, no sabe lo que tiene, ni donde está (en referencia a su vida); el determinar una brecha es prácticamente imposible.
Poniendo las cosas en orden:
- Primero tenemos que saber donde estamos, saber si los resultados que obtenemos en nuestra vida son satisfactorios, y/o que es lo que tenemos, si estamos siendo efectivos en nuestras relaciones, trabajo, espiritualidad, aprendizaje en definitiva, vida. (Abreviamos en TENGO)
- Segundo tenemos que saber a dónde queremos llegar, que nos produce bienestar y felicidad, nuestra misión o propósito de vida, lo que queremos tener. (Abreviamos en QUIERO o DESEO)
Una vez que ya identificamos lo que TENGO y lo que QUIERO, encontramos nuestra brecha, que no es mas que una insatisfacción entre lo que tengo y deseo. Parece básico y lo es, es algo de sentido común que, como citan muchos, no es el más común de los sentidos.
El no tomarse el tiempo para saber si estoy teniendo los resultados que deseo en la vida, si soy protagonista de la vida o solo “estoy”, es algo muy normal en las personas, empresas y organizaciones. Las personas viven en estado NO CONSCIENTE, y cumplen el ciclo normal de su rutina, trabajo, familia/amigos, algo de deporte (en los mejores casos), luego dormir y así siguen en un espiral descendiente consciencia humana. Cuando se vive en consciente, sabemos lo que tenemos claramente, si somos efectivos o no, si vivimos en automático o no. El vivir conscientemente es un entrenamiento que no podemos dejar de hacer, cada minuto en “modo automático” es un minuto menos, o un minuto menos que le robamos a lo que verdaderamente nos importa.
Por otro lado saber a donde quiero ir, que deseo, que me dá bienestar y felicidad, es clave para nuestra vida, como nos muestra Stephen M. Covey con su principio:
“La creación mental, precede a la creación física”
Esto es un principio natural, tan potente como la “La Ley de la Gravedad”, es una ley universal, inalterable, eterna y que funciona independientemente de nosotros. Por lo tanto si no sabemos lo que queremos no lo vamos a lograr. Es como subirse a taxi y no decirle nada al conductor y cuando nos pregunta, nuestra respuesta es solo conduzca voy a llegar donde el conductor elija. Imaginemos esta para nuestra vida.
Muchas personas saben de que quieren huir y no donde quieren ir; la diferencia es que el huir nunca llevó a nadie a ningún lugar. Además de una conducta reactiva que deja de lado el protagonismo de nuestra propia vida.
A que se debe la popularidad de la palabra BRECHA; se debe a que la brecha nos muestra o genera una insatifacción y mientras mayor es la brecha entre lo que tengo y en lo que quiero, mayor es la insatisfacción y esa insatisfacción nos dá la energía para el cambio que necesitamos.
Por ejemplo, de donde saco energía para cambiar y prevenir mi salud mental:
La Brecha nos muestra la oportunidad de mejorar, de crecer, de ser efectivos en la vida y verdaderos protagonistas, usando a la insatisfacción actual o futura como motor para ese cambio, que debe comenzar hoy, ya que mientras pasa el tiempo las consecuencias de vivir una vida, no consciente, sin rumbo o sin sentido, van a aparecer y, mientras antes elijamos actuar, las consecuencias positivas las vamos creando desde hoy.
Hay algo que trasciende la brecha y es el cómo quiero lograr lo que quiero lograr. El cómo importa, pone en juego nuestra integridad. Internamente no es lo mismo ganar haciendo trampas que no. Nuestro inconsciente lo sabe y tarde o temprano nos lo muestra ya sea a través de las consecuencias negativas o positivas de priorizar la integridad ante el éxito.
Carlos Mayol – [email protected]