Hay un nuevo tipo de farsantes, personas con un ego tan grande que no pueden ver más allá de sus narices. Obviamente que lo que hago es un juicio y asumo sus consecuencias.
Me canso de leer que hay profesionales que ayudan personas, que son potenciadores de personas, que mejoran personas; en sus frondosos Curriculums, en sus formas de venderse, en sus “shows” en una sala o sus disertaciones públicas.
Es tan grande su ego o se han creído tanto su papel de “falsos gurúes”, que ni siquiera reconocen en las personas su voluntad y libertad de elegir.
Las que se ayudan a sí mismas son las personas, las que se potencian a sí mismas son las personas y las que se mejoran a sí mismas son las personas.
Hoy, como nunca antes en el tiempo, las personas tienen la libertad absoluta para cambiar y mejorar sus propias vidas, para elegir dar todo su talento.
Adjudicarse en esta era, esa “Victoria Privada” de las personas, es ser un farsante, que según la RAE (Real Academia Española) significa: adj. coloq. “Que finge lo que no es o no siente”.
Psicólogos, Médicos, Analistas, Coaches (soy coach), Consultores, Expositores, Consejeros, Gerentes, Empresarios, Políticos, Maestros y Profesores, se llenan la boca diciendo que ayudan, mejorar y potencian.
¡Mentiras! Para ayudar, potenciar y mejorar hay que estar un escalón arriba, y esto forma parte del ego y
el ego, como me dijo un amigo, es lo que nos separa de la gente y en este caso nos ponemos en un pedestal, algunos escalones más arriba como alguien superior que puede hacer esto esgrimiendo la herramienta de la palabra fácil o la varita mágica del conocimiento.
Podemos acompañar, mostrar, cooperar, estar a disposición, mostrar otra mirada, colaborar con las personas, siempre desde un nivel de igualdad de estar a la par, de la confianza de un vínculo genuino y legitimado, sabiendo que lo que elegimos decir, preguntar o aconsejar tiene consecuencias y nosotros somos los responsables de esas consecuencias.
Entonces es aquí donde aparece la divergencia de los farsantes y dicen “No, la persona eligió”, ¿Cómo? Si le va bien “Yo ayudé, potencié o mejoré a la persona”. Si no le va bien, “la elección fue de la persona”.
Me recuerda una anécdota muy corta con un entrenador muy joven, en la que un padre le preguntaba como había salido la categoría Sub 13, y él responde: “muy bien, ganamos”. Cuando le consulta sobre Sub 15, responde “más o menos, perdieron”, siendo él entrenador de ambas categorías.
Farsantes es la palabra que encontré que describe mejor lo que siento, los hay en todos lados y en todas las profesiones, están los que dicen que son líderes, los que dicen que manejan personas, los que curan, los que cambian vidas, los vendedores, los que forman opinión para su propio interés, etc.
No te dejes engañar, las personas podemos mostrarnos unas a otras nuevas formas de hacer las cosas, nuevas “distinciones”, podemos desafiarnos y motivarnos, siempre desde un plano de igualdad o de un liderazgo legítimo que solo se logra con amor, no con amor romántico sino el con el deseo de que la otra personas sea lo mejor que puede ser. La decisión es de cada uno, libre e individual. Si alguien te ayudó fuiste tú, fue tu momento y tu voluntad independiente. El único gurú está dentro tuyo y tú tienes la libertad de sacarlo cuando quieras.